Publicado el 20-11-2025 en UCC

Para una enfermería profesional, empática y compasiva

Con motivo del Día nacional de la Enfermería, conversamos con Natalia Bauman, directora de nuestra carrera de Licenciatura en Enfermería.

Cada 21 de noviembre se celebra en Argentina, el Día de la Enfermería, en conmemoración de la fundación, en 1935, de la primera institución que agrupó a quienes desarrollaban esta profesión que también es vocación, misión y servicio de cuidado humano insustituible.

En busca de reflexiones que nos ayuden a valorar el rol fundamental que estos profesionales desempeñan en el cuidado integral de las personas, especialmente en los momentos más críticos de la vida, conversamos con Natalia Bauman, directora de la carrera de Licenciatura en Enfermería de nuestra Facultad de Ciencias de la Salud.

Para la profesora, el rol de las y los enfermeros, que es, sobre todo, “un trabajo en equipo” con el resto de los agentes de salud, es “esencial en el sistema sanitario”. Este trabajo exige una profunda conciencia de las capacidades y responsabilidades que implica. Al respecto, Natalia afirmó: "Los enfermeros somos plenamente conscientes de las funciones que desempeñamos y de los desafíos que enfrentamos a diario en nuestros lugares de trabajo, ya sea en hospitales, en el ámbito privado o en la comunidad. No solo aplicamos la ciencia, sino que enfrentamos desafíos complejos porque nos involucramos y nos comprometemos profesionalmente en el bienestar de los pacientes”.


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La formación del personal de enfermería en nuestra Universidad “es rigurosa y abarca tanto el aspecto técnico como el humano”, describió Natalia. Y destacó que no se trata solo de aprender habilidades prácticas, sino de preparar a profesionales para abordar al individuo y su entorno de manera integral. "Nosotros nos formamos de manera integral, porque no vemos al individuo ni a su familia de forma aislada, sino que los comprendemos holísticamente, en todas sus dimensiones", explicó.

Esto implica un enfoque que va más allá de lo físico, para incluir, también, los aspectos psicológicos y espirituales. La currícula universitaria combina conocimientos técnicos con materias de otras disciplinas como la antropología y la farmacología, asegurando una formación completa y multidimensional.

Un componente fundamental en la educación actual de las y los enfermeros es la gran carga de prácticas. “Nuestros estudiantes –explicó la directora de la Licenciatura en Enfermería - interactúan con pacientes y sus familias desde el primer semestre, y combinan experiencia hospitalaria con simulaciones clínicas. Además, el compromiso con la responsabilidad social universitaria los impulsa a participar en actividades comunitarias, donde intervienen en merenderos, fundaciones y escuelas, promoviendo la salud, la prevención y la educación. Esta experiencia les permite poner en práctica los conocimientos adquiridos y contribuyen al bienestar de la comunidad”.


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En cuanto a la dimensión humana del cuidado, Bauman resaltó que las y los enfermeros no solo brindan asistencia técnica, sino también apoyo emocional. "La palabra, la mirada, el cariño, son gestos que ofrecemos y que, muchas veces, se convierten en un refugio de seguridad y contención para los pacientes”. Bauman se refirió a este tipo de cuidado como los "cuidados invisibles", esos gestos de empatía que, aunque no siempre se visibilizan, son esenciales en el proceso de acompañamiento y de curación de un paciente. "Estos cuidados invisibles no están formalmente nombrados, no están ‘nomenclados’, pero son cuidados que ofrecemos tanto de forma indirecta como directa", señaló.

Este tipo de trabajo demanda una gran vocación, compromiso y resistencia. En su profesión, las y los enfermeros enfrentan horarios rotativos, condiciones laborales que muchas veces no son reconocidas y una dedicación personal que va más allá de lo profesional. En situaciones de vulnerabilidad o falta de reconocimiento, la compasión emerge como una fuerza que impulsa su resiliencia. "Trabajamos mucho más desde la compasión que desde la empatía", expresó Natalia. Para ella, la compasión es "empatía más acción": no se trata solo de comprender al otro, sino de ofrecer respuestas concretas y soluciones prácticas para mejorar la salud y el bienestar del paciente.

En definitiva, la labor de las y los enfermeros para va más allá del cuidado físico. Se trata, como dijo, en el año 2020, el papa Francisco, de “verdaderos custodios de la vida que ejercen su vocación con dedicación, amor y un profundo sentido del servicio a los demás”.


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