Publicado el 30-05-2025 en UCC

Entrar a la UCC para formarnos y salir para servir

A 25 años de la creación de nuestro Voluntariado buscamos las raíces de esta iniciativa que marcó cientos de vidas.

En palabras de algunos/as de sus fundadores recreamos los orígenes de una iniciativa que apuesta a vivir la universidad de otra manera y promueve el conocer e involucrarse con realidades concretas de nuestra ciudad y el interior provincial. Después de todo lo recorrido, actualmente funcionan siete grupos de voluntariado que asumen un compromiso con las comunidades y realizan acciones para mejorar la calidad de vida de las personas.

El trabajo de cada equipo es particular, pero la mayoría tienen actividad los sábados. Su propósito es el acompañamiento a las comunidades y a veces el soporte en tareas técnicas que requieren opinión profesional. Esto se concreta en actividades de apoyo escolar; construcción, autoabastecimiento y organización de diversos talleres de recreación para niños y adultos mayores.

Una definición de nuestro Voluntariado

“Yo creo que es el sello distintivo que tiene nuestra institución – comenta Graciela Franchini (más conocida como Grace), histórica coordinadora y una de las fundadoras del área. Las actividades voluntarias permiten a nuestros/as estudiantes cambiar un estilo de pensar y proyectarse en su futuro profesional para ponerlo al servicio de los demás”.

Aprendizaje y servicio. La impronta jesuita

“El Voluntariado marcó muchas vidas, no solamente la mía y la de mi familia, sino también de cientos de egresados que hoy trabajan en distintos lugares del país y el mundo –aporta Daniela Gargantini, docente, investigadora y ex vicerrectora del Medio Universitario (hoy Vicerrectorado de la comunidad universitaria). “Entre quienes participaron de este espacio aparece fuertemente el voluntariado en todas las experiencias que marcaron su formación universitaria y donde descubrieron, tal vez por primera vez, lo que era egresar de una universidad jesuita”, sostiene.

“Mis hijos crecieron de la mano de las visitas del voluntariado, cuenta Daniela y agrega: “Todos los sábados, religiosamente, visitábamos a las familias, relevábamos el terreno y construíamos con ellos. Hoy es un orgullo para mí que, como alumnos de esta Universidad, sigan siendo parte de este espacio”.

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“Como Vicerrectora de medio me tocó acompañar todo el crecimiento del Voluntariado, –comenta Daniela– esta búsqueda constante por hacer del servicio una opción y un perfil emblemático de nuestros/as egresados, y también de cultivar la espiritualidad”.

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Compromiso

“Uno de mis mejores recuerdos es ver a los jóvenes comprometerse con comunidades vulnerables– sostiene Sadi Vital Rodríguez, médico y otro de los primeros integrantes. “En nuestro caso, creo que lo más valioso para la comunidad fue llevar la atención primaria de la salud a una región que se había quedado sin ese recurso. Así, pudimos hacer desde tratamientos oftalmológicos hasta quirúrgicos, gracias al accionar de la Clínica Universitaria Reyna Fabiola y sus profesionales”, relata.

Sadi recuerda especialmente la construcción de baños que contaban hasta con agua caliente en la comunidad de la costa del Río Pinto; la renovación de la escuela de Ongamira; y la vacunación casa por casa. Todo con el accionar constante y responsable de los voluntarios y la ayuda de la Facultad de Arquitectura de la UCC y otros profesionales. Como momento “muy querido y personal”, Sadi atesora el gran asado con empanadas con el que todo el pueblo festejó sus 30 años de médico.

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Gente sentipensante

“Me gusta la gente sentipensante, que no separa la razón del corazón. Que siente y piensa a la vez. Sin divorciar la cabeza del cuerpo, ni la emoción de la razón”. La frase de Eduardo Galeano es para Hilda Fassi un resumen de las experiencias compartidas. Si bien no fue estrictamente parte de los inicios del Voluntariado, comenzó a vincularse con el espacio en el año 2009 trabajando en actividades de Proyección Social. “Ahí la conocí a Grace, y me contó lo que hacían, cómo convocaban a los y las estudiantes, los kilómetros que recorrían, las realidades y contextos adversos en los que transitaban –relata Hilda.

“Me resultaba al menos raro, que un grupo considerable de estudiantes universitarios dispusiera de tiempo y recursos para destinar a tareas tan necesarias e imprescindibles, pero que nadie -o muy pocos- ve o atiende”, recuerda. Dos años después, Hilda fue la responsable de dictar una capacitación de tres encuentros de formación a los chicos y chicas del Voluntariado...”todo un desafío”, asegura.

“Fue una increíble oportunidad – comenta– para volver a aprender cómo ser docente. En ese espacio se jugaba la oportunidad de sacar la alteridad de los libros para comprender sintiendo. Encontré en el Voluntariado los sentipensantes tan necesarios como imprescindibles.”

¡Felices 25! ...el mundo es mejor con ustedes.

Para participar de nuestros grupos de Voluntariado escribinos a voluntariado@ucc.edu.ar

Conocé nuestros grupos voluntarios.

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