Publicado el 06-03-2025 en UCC
Las criptomonedas y los esquemas "ponzi"
La promoción de una "memecoin" por parte del presidente Milei, sembró dudas sobre estas cuestiones. Un docente de la UCC, experto en blockchain, escribe sobre estas "inversiones".
Por Jorge Fabián Villalba*
Es importante iniciar esta reflexión partiendo de la base de que una cosa, una herramienta, no es buena o mala por su naturaleza intrínseca, sino que la ponderación puede depender del uso o destino que le imprima una fuerza externa.
Este paralelismo con el principio de causalidad permite ejercer una “vigilancia epistemológica” como para establecer un juicio de valor claro, contundente y apto para calificar una acción como "lícita" o "ilícita".
La causa material de las criptomonedas radica en la tecnología blockchain (cadena de bloques), que propone principios generales tales como la trazabilidad, la integridad, la auditabilidad y la descentralización.
Blockchain, como causa formal, es la tecnología subyacente que permite (en potencia) una multiplicidad de manifestaciones susceptibles de transformar todo cuanto conocemos, por lo que constituye un cambio de paradigma.
La causa eficiente se ejerce por la intervención de aquel sujeto humano o no humano capaz de validar transacciones, arbitrarlas, descubrir bloques, ejercer el rol de oráculo, entre tantas otras.
La acción es externa a la tecnología subyacente y pone en movimiento la potencialidad de la cadena de bloques.
La causa final tiene correspondencia con los principios fundantes de la tecnología blockchain que promueve transparencia, seguridad jurídica, libertad, democratización o -mejor dicho- universalización, como enumeración ejemplificativa en beneficio de una sociedad más justa, edificada a partir del consenso y el trabajo colaborativo.
En efecto, un primer postulado determina, “a priori”, que la tecnología blockchain promueve una causa noble que transforma la sociedad en beneficio del bien común.
Si se plantea el fin inmediato de la existencia de las criptomonedas, se puede decir que su verdadera razón de ser radica en servir como medio de intercambio y reserva de valor. Pero, si hablamos de criptomonedas corresponde hacer una discriminación con los “tokens”, ya que estos tienen una potencialidad sumamente versátil y omnicomprensiva, a punto tal que hacen posibles funcionalidades que van más allá del acceso a bienes o servicios, participación en proyectos descentralizados, fondeo, garantía y demás actos jurídicos.
Con lo expresado hasta ahora basta para comprender que el ecosistema blockchain tiene una potencialidad diversa, y que el eventual mal uso que se haga de él no obedece a la propia potencialidad de una unidad de valor, sino al uso o mal uso que se haga de él.
En este sentido, hay que advertir y saber que cuando el acceso a un criptoactivo ofrezca grandes recompensas y requiera de un rol activo del inversor en la construcción de comunidad, la palabra y el sistema “ponzi” (asimilable en algunos aspectos a la “estafa piramidal”) estará sobrevolando, y la prudencia será la mejor consejera.
Asociar las criptomonedas con los sistemas “ponzi”, le imprime al objeto (criptomoneda) una carga negativa que no tiene por sí misma, sino que lo puede tener por su mal uso.
Es necesario, entonces, formarse para entender el ecosistema blockchain y sacar conclusiones que sirvan para tomar buenas decisiones, porque no hay “ponzi” posible ante una persona prudente y formada.