Publicado el 14-10-2025 en UCC
"Las ingenierías son profundamente transformadoras"
Conversamos con Marcelo Chara, egresado de Ingeniería de la UCC y CEO de Usiminas, la principal productora de acero para la industria automotriz de Brasil.
Marcelo Chara se graduó de Ingeniero Metalúrgico en nuestra Universidad hace más de 40 años. Lo que vino después fue un viaje vertiginoso –como él lo llama– que lo llevó desde sus primeros pasos en el Grupo Techint hasta convertirse en CEO de Usiminas, una compañía brasileña líder en la producción de acero con más de 12 mil colaboradores/as. Con una trayectoria que abarca países, culturas y desafíos industriales de gran escala, Chara comparte en esta entrevista su visión sobre la ingeniería, su trayectoria y el poder transformador de esta disciplina.
¿Qué significa liderar una empresa como Usiminas?
Es un gran desafío, se trata de una actividad industrial de enorme escala, con personas altamente calificadas y un entorno muy competitivo. Esto exige foco, pasión, dedicación y madurez para enfrentar contextos complejos, como el panorama geopolítico, los cambios constantes del mercado o los avances tecnológicos. Pero, sobre todo, demanda la capacidad de motivar equipos frente a desafíos cada vez más exigentes.
¿Cómo empezó su camino profesional?
La UCC tiene un sistema muy interesante y en aquel momento era particular respecto de las otras opciones académicas porque tenés que realizar un trabajo final de la carrera. En mi caso fue una experiencia muy motivadora y me ayudó a desarrollar una disciplina de investigación que complementó muy bien mi formación técnica. Creo que a las 24 horas de aprobarlo, me fui a Buenos Aires a buscar oportunidades. Apliqué al plan de jóvenes profesionales del Grupo Techint, en Propulsora Siderúrgica (Ensenada), y quedé seleccionado entre más de treinta personas. Desde ahí, no paré. Cada etapa fue intensa y apasionante, y sigo viviendo mi trabajo con el mismo entusiasmo de entonces.
¿Qué representó su paso por Ternium Argentina (exSOMISA)?
Fue una etapa fundamental. La exSOMISA, hoy Ternium Argentina, era una empresa emblemática de la industria argentina. Me trasladé a San Nicolás con mi familia y enfrentamos desafíos técnicos y humanos de gran escala. Fue una experiencia muy enriquecedora que además me abrió puertas para nuevos proyectos en la región.
¿Cómo continuó su recorrido en América Latina?
Participé en la privatización de la industria del acero en Venezuela, luego regresé a la Argentina, y más adelante hice un Master of Science en la universidad inglesa de Birminghan. En cada paso, confirmé la solidez de la formación que recibí en la UCC.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar en otros países?
Vivir y trabajar en distintos países te enriquece profundamente: te obliga a abrirte a lo nuevo, a desarrollar tolerancia, adaptación y resiliencia. Son aprendizajes que te transforman en todos los niveles.
¿Qué destaca de su paso por la Católica?
Muchísimo. La UCC me dio una formación muy sólida. Su enfoque integral –científico y humano– fue clave en mi desarrollo. Además, tengo recuerdos personales muy fuertes: ahí conocí a mi esposa, Susana Filibert, que estudiaba Arquitectura. La universidad marcó tanto mi vida profesional como mi vida personal.
¿Qué mensaje dejaría a los y las estudiantes de Ingeniería que recién comienzan?
Que alimenten la curiosidad, la pasión por aprender y por transformar. Las ingenierías son profundamente transformadoras: permiten entender cómo funcionan las cosas y proponer soluciones para cambiar la realidad. En un país como Argentina, donde hay tanto por hacer, esa vocación tiene aún más sentido. La ingeniería no solo es una herramienta para construir una sociedad mejor, sino también una forma de vida íntegra y plena.
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