Publicado el 06-10-2025 en Posgrado - UCC

Pensar estratégicamente para reparar mensajes agraviantes

Análisis. En esta nota, el docente Damián Pertile destaca la importancia de comprender la relación entre los medios de comunicación y la Justicia.

En el panorama actual de la información instantánea, distribuida por medios digitales y redes sociales, la diseminación de datos erróneos o imprecisos representa un riesgo permanente. Cuando se genera un equívoco o se incurre en un error—ya sea por omisión, descuido o intención deliberada—la corrección se vuelve un imperativo.

Este deber se extiende al ámbito judicial, donde las condenas en pleitos de derecho del consumidor frecuentemente incluyen la obligación de publicar extractos de las sentencias. El objetivo es doble: visibilizar la mala praxis y desalentar futuros comportamientos análogos.

Sin embargo, acciones mínimas como la emisión de una fe de erratas, un comunicado de prensa o una publicación sin parámetros comunicacionales definidos, demuestran ser insuficientes para mitigar el perjuicio causado. La efectividad de la rectificación exige un alcance equivalente al del mensaje original. En este contexto, la pauta publicitaria se posiciona como el mecanismo más indicado y eficaz para garantizar una difusión controlada y de gran escala de la información correcta

Límites y carencias de la rectificación

Tradicionalmente corregir una noticia errónea implicaba la publicación de una nota aclaratoria en el mismo medio, una sección dedicada en el programa televisivo o una mención radial concisa. Sin embargo, este enfoque siempre ha sido limitado. Hoy en día, la situación se agrava, incluso en el ámbito legal: las sentencias judiciales, especialmente en casos de derecho del consumidor, que ordenan la difusión de sus términos, a menudo carecen de directrices comunicacionales estratégicas para garantizar que la información correcta llegue al público de forma efectiva.

Pensemos en el impacto que tiene un titular falso viralizado en redes sociales, un simple malentendido o un comentario malintencionado. La realidad es que la rectificación, cuando se publica —quizás oculta en un pequeño rincón de la web del medio o en plataformas de menor alcance—, no logra impactar a quienes ya forjaron una opinión basándose en la información incorrecta original. El daño reputacional o informativo ya está consumado, y la versión verídica queda tristemente relegada, perdiendo la batalla contra la desinformación inicial.

La pauta publicitaria: una solución estratégica

La pauta publicitaria cambia radicalmente este panorama. En televisión, por ejemplo, la pauta consiste en la adquisición de bloques de tiempo predeterminados para la emisión de spots publicitarios, cuyo costo fluctúa según la franja horaria y la popularidad del programa. De manera similar, en la radio, el valor de la pauta se rige por el rating de la emisora y el horario de transmisión. En la prensa escrita, el costo se determina por el tamaño, la ubicación y la visibilidad del anuncio dentro de la publicación, así como por la tirada del medio. Por otro lado, la pauta en redes sociales y el entorno digital representa una evolución hacia un modelo de precisión y personalización.

Al invertir en la difusión de la rectificación, se asegura que esta llegue a una audiencia mucho más amplia y, lo que es más importante, a la misma audiencia que estuvo expuesta a la información errónea. Esto no es simplemente una cuestión de "comprar espacio", sino de una estrategia de comunicación integral para reparar el daño reputacional y garantizar el derecho a la información veraz.

Las plataformas de publicidad digital, en redes sociales, permiten segmentar la audiencia con una precisión milimétrica. Esto significa que la rectificación puede ser mostrada a personas con perfiles similares a los que consumieron la noticia original. Incluso se puede dirigir a personas que interactuaron con la publicación inicial.

Un compromiso con la ética y la transparencia

La adopción de la pauta publicitaria para la rectificación no solo es una estrategia de comunicación eficaz, sino que también es una declaración de principios. Demuestra un compromiso real con la transparencia y la verdad. Implica que la entidad o la persona que cometió el error está dispuesta a asumir la responsabilidad de sus acciones y a invertir los recursos necesarios para corregir el daño.

En un mundo saturado de información, donde la desinformación es una amenaza constante a la convivencia social, la rectificación no puede ser un acto meramente simbólico. Debe ser una acción contundente, con el mismo impacto y alcance que el error original. La pauta publicitaria, en este contexto, no es un lujo, sino una herramienta necesaria para restaurar la confianza, proteger la reputación y, sobre todo, garantizar que la verdad sea la que finalmente prevalezca en la luz.


El docente Damián Pertile se encuentra realizando su tesis doctoral, es abogado, escribano, licenciado en Relaciones Públicas, Especialista en Periodismo Político y Especialista en Derecho Judicial y de la Judicatura. Es docente la Escuela de Posgrado de la Universidad Católica de Córdoba. Sus clases se dan tanto en el grado como en el posgrado.

Es profesor del módulo “Periodistas redes, Justicia y Políticas de Comunicación” en la Especialización en Dirección y Gestión de Organismos Judiciales y Jurídicos, una carrera capaz de brindar herramientas claves a profesionales de diversas disciplinas a fines de dirigir y gestionar espacios vinculados con la Justicia. A su vez, es docente de la Especialización en Derecho Judicial y de la Judicatura en su módulo “Políticas Institucionales”.